Deseamos crear un medio educativo y humano en el que tenemos en cuenta un nuevo concepto de disciplina y libertad. La verdadera disciplina no se instituye desde fuera, según una regla preestablecida, con su cortejo de prohibiciones y de sanciones.
Uno de los órganos más representativos de nuestro sistema pedagógico es nuestro consejo escolar, el cual nos ayuda en la tarea del quehacer educativo a formar unos niños más conscientes y responsables mediante la atención a:
- Los aspectos más dinámicos y creativos del aprendizaje.
- Las relaciones personales a través de la creación de normas de disciplina y elección de los cargos de clase.
- El desarrollo de la capacidad crítica, convirtiéndose en un amplio debate, donde todos pueden participar a través del diálogo.
- La comprensión y la aceptación de sus propias leyes de funcionamiento.
Es el punto de equilibrio entre autoridad y libertad a las que comprende e integra por su valoración de la autodisciplina y el respeto a las normas colectivas.
En relación a esto, distinguimos entre el consejo escolar, propiamente dicho, y el consejo general.